lunes, 30 de mayo de 2011

Fertilidad


 Fertilidad
La fertilidad es la capacidad de un animal, planta o terreno de producir o sustentar una progenie numerosa. En los animales, incluido el hombre, es el resultado de la interacción de numerosos factores, tanto biológicos —la edad, el estado de salud, el funcionamiento del sistema endocrino— como culturales —las prescripciones respecto al sexo y el matrimonio, la división sexual del trabajo, el tipo y ritmo de ocupación—, que la hacen variar espectacularmente entre situaciones distintas. En el sentido horticultural, es una medida de la riqueza nutricional del suelo.
La fertilidad humana ha sido históricamente una cuestión culturalmente significativa. Al ser los hijos una fuente crucial de mano de obra en sociedades agrarias o de economía de subsistencia, la capacidad de ofrecer al núcleo familiar una prole numerosa era un rasgo muy valorado en las mujeres, y en muchas tradiciones el marido estaba autorizado a anular el matrimonio con una esposa infértil. La infertilidad masculina, de frecuencia similar, permaneció mucho tiempo desconocida, atribuyéndose sólo a las mujeres la responsabilidad de la reproducción, como parte del régimen patriarcal de Occidente.
En sociología, la tasa de fertilidad —medida como el número de hijos por mujer— se ha usado como estimador fiable para el crecimiento vegetativo de la población.

Preservación de la fertilidad

En el caso de enfermos de patologías graves (como el cáncer) que son sometidos a tratamientos agresivos para conseguir la remisión de la enfermedad (radioterapia, quimioterapia), un efecto secundario frecuente es la pérdida de la capacidad reproductora, debido a la destrucción de los tejidos productores de gametos, espermatozoides u óvulos. Por ello, una preocupación creciente en estos pacientes es la posibilidad de preservar su fertilidad, para mantener su capacidad reproductora después de superada la enfermedad. En el caso masculino, la solución más sencilla es la criopreservación de espermatozoides, una técnica perfectamente desarrollada, y que permite al paciente mantener la capacidad reproductora, aunque recurriendo a técnicas de reproducción asistida. En el caso femenino, la situación es más compleja, debido a la menor tasa de producción de óvulos por ciclo, a la dificultad de su extracción y a la mayor complicación en las técnicas de criopreservación.
En las últimas décadas la incidencia de cáncer ha aumentado, pero paralelamente la tasa de supervivencia ha mejorado mucho: por ejemplo, en los últimos 25 años, la tasa de supervivencia relativa de 5 años para todos los tipos de cáncer ha pasado del 56% al 64% en pacientes femeninos, por lo que las necesidades de preservación de fertilidad también aumentan. El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres occidentales (representa el 30% de todos los tumores y el 20% de las muertes relacionadas con cáncer ), mientras que la enfermedad de Hodgkin (HD) es el tumor sólido más frecuente en adolescentes. Por esta razón, las pacientes de éstos dos tipos de cáncer son posiblemente las que con mayor probabilidad recurran a técnicas de preservación de fertilidad.
Las opciones de preservación de fertilidad para las mujeres son las siguientes:
  • Criopreservación de embriones: para ello es necesario obtener óvulos de la mujer, fecundarlos mediante fecundación in vitro (FIV) y congelar los embriones para su posterior implantación en el útero de la mujer; en este caso, o bien la mujer dispone de pareja estable o bien se debe recurrir a un donante anónimo, lo cual puede suponer un inconveniente. Este es el método utilizado con mayor frecuencia, con una tasa de éxito del 40%.

  • Criopreservación de tejido ovárico: extraer y congelar tejido ovárico de la mujer para re implantarlo después del tratamiento contra el cáncer; en este caso las principales complicaciones potenciales son el procedimiento de criopreservación (que no parece ser el factor limitante), y el riesgo de daño isquémico, aunque se están desarrollando con éxito técnicas para disminuir dichas complicaciones. En cuanto al desarrollo, los investigadores están aún trabajando en la mejor manera de conectar el tejido ovárico implantado al riego sanguíneo, aunque ya han nacido algunos niños utilizando esta técnica, que es la más prometedora en el caso de niñas de corta edad con problemas de fertilidad.

  • Supresión ovárica: tratamientos hormonales para proteger el tejido ovárico durante la químico o radio terapia.

  • Transposición de ovarios: reposicionamiento de los ovarios mediante cirugía, para alejarlos de la zona de exposición a la radioterapia.
  • Cirugía ginecológica conservadora: por ejemplo retirada del cérvix mediante cirugía, pero mantenimiento del útero.
Una última técnica que se ha desarrollado es la vitrificación de ovocitos, que puede utilizarse en situaciones clínicas en las que otras opciones no son viables. Aunque cientos de niños han nacido tras la congelación de óvulos, la tasa de éxito en la actualidad es de alrededor del 3%. Sin embargo, se espera que esta tasa mejorará considerablemente en los próximos años.
La elección entre las diferentes opciones depende de varios parámetros: el tipo y el momento en el que debe comenzar la terapia contra el cáncer, el tipo de cáncer, la edad de la paciente y la situación de pareja de la paciente.

Los Doctores David Miller y David Iles de la Universidad de Leeds, en colaboración con el Doctor Martin Brinkworth de la Universidad de Bradford, han descubierto que el ADN del esperma posee una firma que sólo puede ser reconocida por un óvulo de la misma especie. Este avance permite la fecundación e incluso puede explicar cómo una especie se desarrolla su propia identidad genética. Según expresa es:
Lo que hemos descubierto es una firma ADN previamente no reconocida en el esperma de mamíferos que pueden ser esenciales para el éxito de la fecundación del óvulo y el desarrollo del embrión. Pensamos que también pueden ser de origen antiguo.”
Sin la firma o clave indicada, el éxito de la fecundación o bien no puede ocurrir, o si lo hace, el desarrollo tiene altas chances de no ser normal. En particular, las perturbaciones en el esperma humano ADN, se sabe que causan la infertilidad masculina y el embarazo fallidos.
Esta clave no sólo explica por qué algunos hombres producen esperma saludable que es igualmente estéril, sino que también explica cómo evolucionan las distintas especies y conservar su propia identidad. Dice el Dr. Miller:
Hasta ahora, los médicos han luchado para comprender la infertilidad masculina idiopática. Nuestra más reciente investigación ofrece una explicación plausible de por qué algunos espermatozoides no funcionen correctamente.”
Los resultados también ayudan a explicar por qué entre las especies de cría es raro obtener un resultado exitoso. En caso de que las claves de dos especies no coinciden, aunque su ADN sea similar, no se podrán obtener una cría. Por ejemplo, con caballos y burros, se producen descendencia, pero el proceso es anormal, porque el esperma y los óvulos tienen firmas incompatibles, dando como resultando crías que son casi siempre estériles.
El equipo de investigación considera que el mismo mecanismo ha desempeñado un papel fundamental en la evolución humana. En la historia antigua de la humanidad, Neanderthales coexistieron con los humanos modernos durante muchos miles de años.
Y por supuesto, los encuentros sexuales entre estas dos especies estrechamente relacionadas tuvieron lugar, pero no hay evidencia de acoplamientos de ADN. Esto se debe posiblemente a que si se produjo descendencia, o bien no pudo sobrevivir mucho tiempo o si lo hicieron, no pudieron reproducirse.











FERTILIDAD HUMANA

MÉTODO SINTOTÉRMICO
Definición según la OMS (Organización Mundial de la Salud):
“Plantificación Natural de la Familia (PNF) son los métodos de plantificación o prevención del embarazo basados en la observación de signos y síntomas naturales de las fases fecunda e infecunda del ciclo menstrual. Las personas que utilizan la PNF para evitar o aplazar el embarazo se abstienen de practicar el coito en días potencialmente fecundos. Quienes desean un embarazo utilizan la PNF para determinar la fase fecunda y elevar así el máximo la probabilidad de conseguirlo”.
OMS Plantificación natural de la familia, Guía para la prestación de servicios. Ginebra 1989 Pág. 84



La fertilidad humana es la capacidad de producir o sustentar una progenie numerosa, resultado de diversos factores de índole biológica (edad, estado de salud, funcionamiento del sistema endocrino), cultural (prescripción sobre sexo y matrimonio, división del trabajo, tipo y ritmo de ocupación), que provocan las abruptas variaciones de una situación a otra.

El método del ritmo o del calendario

Consiste en identificar los días fértiles utilizando el calendario. En las mujeres con ciclos regulares, por ejemplo, de 28 días, el periodo fértil se extiende desde el día décimo al día vigésimo del ciclo.
El primer día del ciclo es aquel en que se produce la menstruación siguiente. Si la última menstruación comenzó el 10 de abril, la próxima le vendrá el 8 de mayo. Si restamos 15 días al 8 de mayo resulta el 24 de abril la fecha probable de ovulación. Los días fértiles son 5 días antes y 5 días después de 24 de abril, es decir desde el 19 al 29 de abril. Estos días son siempre aproximados porque el ciclo menstrual puede variar por muchos motivos, aún en mujeres que tienen ciclos regulares. Es importante saber que el óvulo vive entre 12 y 24 horas y que los espermatozoides sobreviven entre 3 y 6 días.

El método de la temperatura basal o rectal

Consiste en identificar los días fértiles tomándose la temperatura. Cada mañana la mujer debe tomarse la temperatura introduciendo el termómetro en el ano o en la boca en ayunas y antes de levantarse.
Durante los días siguientes a la menstruación la temperatura es baja, y desciende aún más justo antes de la ovulación, para aumentar el mismo día de la ovulación, persistir elevada de 48 a 72 horas y desciende gradualmente hasta la siguiente menstruación. Los días fértiles son los 5 días anteriores y los 5 días siguientes a la ovulación. El periodo de seguridad (en él es posible tener relaciones sexuales con penetración) debe calcularse a partir de 5 días de la temperatura más alta y hasta la siguiente menstruación.
Para obtener mediciones correctas, se necesita un termómetro de buena calidad, en general son de aproximadamente medio grado. Cualquier tensión nerviosa, resfriado, desvelo y otras causas, puede producir cambios en la temperatura y alterar el registro.


El método del moco cervical o Billing

Consiste en identificar los días fértiles observando los cambios (en el color y la densidad) que se producen en el moco cervical (flujo). Después de la menstruación hay unos días de sequedad (ausencia de moco que sale de la vagina). Luego comienza a aparecer una mucosidad pegajosa y cierta sensación de humedad, lo que indica que ha empezado el periodo fértil.
Cada día que pasa el moco se torna más elástico y lubricante (son los días de máxima fertilidad) hasta llegar al "día máximo", a partir del cual el moco vuelve a ser más opaco y pegajoso. Estos son días de fecundidad posible aunque decreciente. Desde el cuarto día posterior al "día máxima" empieza el periodo infértil, ésto es, el periodo de seguridad.
Durante estos días puede haber sequedad o moco opaco. Pero es preciso recordar que algunos factores no relacionados con la fertilidad o infertilidad de los días del ciclo pueden producir alteraciones del moco cervical: el estrés puede retrasar la ovulación o suspenderla, una infección o alguna enfermedad pueden alterar el flujo, lo mismo que algunos medicamentos.
Para practicar este método correctamente hay que observar durante un ciclo completo los cambios que se producen en el moco cervical. Durante este ciclo "de prueba" hay que abstraerse de tener relaciones sexuales para evitar confusiones entre el semen y el moco cervical. Para encontrar el moco de la vagina no es necesario realizar exámenes internos: puede ser observado antes de orinar, tomándolo con papel higiénico o con los dedos en la entrada de la vagina, no es necesario realizar exámenes internos para encontrarlo.
Los métodos naturales no protegen contra las enfermedades de transmisión sexual ni contra el SIDA.



 



Problemas de fertilidad humana:
Una de cada cuatro parejas en edad reproductiva tiene dificultades para concebir. Esto se relaciona con una serie de factores, pero la edad de la mujer es muy importante.
Está comprobado que la edad de las mujeres tiene una relación directa con su fertilidad. A partir de los 35 años, la posibilidad de conseguir un embarazo espontáneo es de 15% cada mes, y disminuye a 10%, luego de los 40 años.
La mujer cuenta con 400.000 óvulos al nacer, pero a partir de la pubertad, la mujer ovulará un único óvulo cada 28 días. El problema radica en la edad de los óvulos, ya que tienen la misma que la mujer, por lo tanto, su calidad va disminuyendo progresivamente.
En el hombre, la situación es diferente, pues produce espermatozoides nuevos durante toda su vida. Aunque recientes estudios han demostrado que la calidad de los mismos, también se vería afectada, pero en menor grado que los óvulos.
Hay otras causas para la deficiencia en la fertilidad humana, que tienen que ver con ambos miembros de la pareja, y pueden clasificarse en:

- obstrucción tubárica
- baja concentración espermática
- escasa movilidad espermática. O morfología espermática alterada. 
- endometriosis. 
- disfunción ovulatoria. 
- factor inmunológico. 
- causa desconocida.



Anatomía y fisiología masculina.

 
Las gónadas o glándulas sexuales masculinas son los testículos que se encuentran localizados en el escroto y cuya función es producir hormonas (testosterona) y células sexuales (espermatozoides).

Los órganos genitales internos son:

· Epidídimo: es un largo tubo que conecta el testículo con el conducto deferente; allí se almacenan los espermatozoides y continúan su maduración.

· Conducto deferente: es un tubo que conecta el epidídimo con la uretra.

· Uretra: es un estrecho canal que atraviesa el pene. Transporta la orina y el semen al exterior.

· Próstata: es una glándula cuya secreción contribuye a la formación del líquido seminal.

· Los órganos genitales externos son: el escroto, bolsa que envuelve y protege a los testículos, manteniéndolos a la temperatura adecuada, y el pene, órgano eréctil a través del cual se realiza la micción y las relaciones sexuales.

Durante la pubertad, el incremento en la producción de la testosterona, origina el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: voz más grave, crecimiento de vello facial y corporal, crecimiento de genitales, distribución de masa muscular etc. Comienza el proceso de espermatogénesis. El semen está compuesto de líquido seminal, para transporte y nutrición de los espermatozoides, y de células sexuales. Se liberan aproximadamente 300 millones de espermatozoides en cada eyaculación. La sobrevida de los espermatozoides depositados en la vagina varía de minutos a cinco o seis días, dependiendo de la presencia de moco cervical estrogénico.




Anatomía y fisiología femenina.

Los ovarios son las glándulas sexuales femeninas, su función es producir estrógenos y progesterona (principales hormonas femeninas), y óvulos. Los ovarios de una bebita contienen unos 300,000 folículos inmaduros y sólo cerca de 400 óvulos serán liberados a lo largo de los años reproductores de una mujer.


Los genitales son: 

Trompas de Falopio: son dos canales a través de los cuales viajan los espermatozoides y el óvulo; presentan contracciones y movimiento de cilios que facilitan el transporte de los gametos. La concepción tiene lugar en el tercio distal de la misma.

Útero: es un órgano muscular hueco que se encuentra en la cavidad abdominal. Tiene el tamaño y la forma de una pera, puede aumentar su tamaño varias veces durante la gestación. La parte baja que se proyecta en la vagina se conoce como cuello o cérvix; contiene glándulas que producen moco o flujo cervical que varía de aspecto y cantidad a lo largo de la fase fértil del ciclo menstrual.

Vagina: es un tubo muscular que se extiende desde el cervix hasta el exterior del cuerpo, es el órgano femenino para las relaciones sexuales, lugar donde son depositados los espermatozoides. Es el canal del parto. 

Durante la pubertad, un incremento de los estrógenos origina la aparición de los caracteres sexuales secundarios: crecimiento de vello genital y axilar, desarrollo de los senos, distribución de grasa, etc. Se inicia la producción cíclica de hormonas que dan lugar al ciclo menstrual.




Ciclo menstrual.

Inicia con la menstruación: sangrado que se produce por el desprendimiento del endometrio. La hipófisis libera la hormona folículo estimulante (FSH) la cual actúa sobre el ovario estimulando la producción de estrógenos y la maduración de cinco o seis folículos de Graaf (hasta que se complete la meiosis). Los estrógenos actúan en el útero, provocando el crecimiento del endometrio (fase proliferativa), y la producción de una secreción o moco filante tipo estrogénico por las glándulas del cervix. Este moco tipo E tiene varias funciones respecto del espermatozoide: nutrición, capacitación, selección, formación de canales que lo guíen (microscopía electrónica). Aproximadamente a la mitad del ciclo, una vez que alguno de los folículos está ya maduro, la hipófisis produce la hormona luteinizante o liberadora (LH), la cual provoca la salida del óvulo ya maduro. Tanto la cicatriz que queda donde sucede la ovulación, así como el sitio donde otros folículos iniciaron el proceso de maduración, forman el cuerpo lúteo que produce progesterona. La progesterona actúa sobre el endometrio formando vasos sanguíneos y glándulas (fase secretora), y provocará que el moco producido por las glándulas cervicales cambie sus características macro y microscópicas, formando un tapón que impide el paso de los espermatozoides.


Para que la concepción se pueda dar se necesita que todo lo anterior funcione bien. Los espermatozoides depositados fuera de la fase fértil (moco tipo E) morirán, los que estén en presencia de moco tipo E podrán sobrevivir, debiendo afrontar otros obstáculos inmunológicos, anatómicos y físicos y así llegar al encuentro del óvulo en el tercio externo de la trompa en sus primeras 12 horas de haber sido ovulado para que sea fertilizable.
Al analizar los aspectos médicos de la fertilidad humana, comprendemos que depende de una pareja y la conjugación exacta de una serie de parámetros. Se estima que una pareja que está buscando el embarazo, tardará de seis a 12 meses en lograrlo.Las gónadas o glándulas sexuales masculinas son los testículos que se encuentran localizados en el escroto y cuya función es producir hormonas (testosterona) y células sexuales (espermatozoides).

Los órganos genitales internos son:

· Epidídimo: es un largo tubo que conecta el testículo con el conducto deferente; allí se almacenan los espermatozoides y continúan su maduración.

· Conducto deferente: es un tubo que conecta el epidídimo con la uretra.

· Uretra: es un estrecho canal que atraviesa el pene. Transporta la orina y el semen al exterior.

· Próstata: es una glándula cuya secreción contribuye a la formación del líquido seminal.

· Los órganos genitales externos son: el escroto, bolsa que envuelve y protege a los testículos, manteniéndolos a la temperatura adecuada, y el pene, órgano eréctil a través del cual se realiza la micción y las relaciones sexuales.

Durante la pubertad, el incremento en la producción de la testosterona, origina el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: voz más grave, crecimiento de vello facial y corporal, crecimiento de genitales, distribución de masa muscular etc. Comienza el proceso de espermatogénesis. El semen está compuesto de líquido seminal, para transporte y nutrición de los espermatozoides, y de células sexuales. Se liberan aproximadamente 300 millones de espermatozoides en cada eyaculación. La sobrevida de los espermatozoides depositados en la vagina varía de minutos a cinco o seis días, dependiendo de la presencia de moco cervical estrogénico.

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